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I. Conflictos en las relaciones abiertas

Por Natalia Hilario De La Cruz

En Santa Mandanga ya hemos hablado varias veces sobre algunos de los sentimientos y conflictos que se dan en la relaciones tal y como los celos, la posesividad, el resentimiento, la inseguridad, la vergüenza y la culpa. Además, existen otros conflictos que se vuelven más complejos de navegar cuando estamos en relaciones abiertas como los inconvenientes que surgen por la gestión del tiempo y por los acuerdos que no se respetan. Estos son algunos problemas adicionales que pueden aparecer en los diversos tipos de relaciones abiertas por la manera en que se organizan:


Pareja no monógama




  1. El sexo o el juego se convierten en algo más


Uno de los aspectos más importantes de este tipo de relación es el compromiso hecho por ambas partes de mantener la centralidad de la relación principal y dar a las interacciones y experiencias externas menos prioridad. Para lograr esto usualmente se debe disminuir el contacto físico, emocional y psicológico que compartimos con otras personas. De esta manera, podemos poner en práctica varias estrategias para evitar encariñarnos demasiado de una pareja externa tales como limitar nuestra comunicación y contacto social con ella, dedicar poco tiempo a actividades externas y gastar una cantidad específica de dinero u otros recursos en dichas actividades, por ejemplo. 


Sin embargo, a veces el sexo se convierte en algo más y la gente desarrolla afectos más profundos de lo que tenían previsto a tal punto en que se pueden enamorar. Una vez tomamos la decisión de abrir nuestras relaciones siempre existe el riesgo de que esto ocurra, puesto que la manera en que las personas conecten y la profundidad de las emociones que aparezcan no se pueden controlar del todo. Si estas surgen, es recomendable que la persona que está experimentando dichos sentimientos sea honesta con su pareja al respecto ya que este no es el momento para dedicarnos a negarlo tanto a nosotrxs mismxs como a ellxs o a proteger a nuestras parejas para no herirlas. Al esconder lo que está sucediendo aumenta la probabilidad de que nuestras parejas puedan considerarlo como una traición.


El resultado de este conflicto depende de lo que decidan tú y tu pareja. Algunas parejas se rompen cuando esto sucede porque para algunas personas esto supone incumplir el pacto de mantener una monogamia emocional. Otras llegan al acuerdo de seguir juntas siempre y cuando la relación con la otra persona se termine. Otras se replantean la estructura de su relación para dar cabida a este cambio y exploran un modelo de no monogamia distinto como el poliamor, el cual nos permite tener varias relaciones afectivas a la vez.


  1. Un deseo a explorar se convierte en una necesidad principal


Si la frase “quieres explorar una práctica sexual, de bdsm o de otro tipo en la que tu pareja principal no tiene interés, experiencia o conocimiento” describe tu caso, debes tener cautela ante la posibilidad de encontrarte con este conflicto. Cuando descubrimos un deseo que no puede ser satisfecho al interior de nuestras relaciones es necesario que nos cuestionemos lo crucial que esta actividad puede ser para nuestra identidad y para alcanzar nuestra satisfacción sexual plena. ¿Es algo en lo que debe estar dispuesta a participar y/o le tiene que gustar a tu pareja para alcanzar el nivel de intimidad que quieres desarrollar con ella o no tienes problemas con compartirlo con otra persona? 


Quizás todo lo que necesitas es que en tu relación principal se reconozca esa faceta de tu vida sexual mediante la expresión de apoyo y consentimiento por parte de tu pareja para que la explores. Del mismo modo, toca decidir si será satisfactorio para ti dedicarte a esa actividad ocasionalmente ya que, al estar en una relación no monógama, por lo general, la mayor parte de tu tiempo y energía va a estar destinada a la pareja principal. A veces sólo cuando empiezas a explorar ese deseo te das cuenta de que lo que considerabas que era algo adicional a tu vida sexual resulta tener más importancia para esta de lo que pensabas. Puedes descubrir que hacerlo de vez en cuando no es suficiente, que se ha convertido en una prioridad en tu vida o que es algo que quieres hacer con tu pareja principal. 


  1. Cuando se descuida la relación principal


Es muy fácil despistarse al experimentar todas las nuevas sensaciones que surgen al tener sexo con alguien por primera vez o al ir conociendo a otra pareja sexual. Podemos acabar enfocándonos tan sólo en el sexo y las relaciones externas y, así, desvalorar nuestras relaciones principales. No olvides que, por mucho que haya durado tu relación, tu pareja principal aún necesita atención, cuidados y amor. Los problemas en la relación principal no van a desaparecer al evitarlos o al distraernos con el ajetreo del sexo fuera de la relación.


Algunas personas dicen que, para que una pareja no monógama funcione, debes separar tus emociones del sexo o mantener el sexo y el amor separados. Sin embargo, para algunas personas esto no es posible. Podemos tener una conexión física y emocional con una persona distinta a nuestra pareja principal y sentir afecto hacia ella. Podemos tener sexo profundo, intenso e íntimo con estas personas. Lo importante es que nuestra intención de tener un vínculo sexual, practicar bdsm, disfrutar mutuamente de nuestros cuerpos, etc. no incluya buscar una relación que vaya más allá de esto. Si tenemos nuestras intenciones claras, las comunicamos de manera honesta y respetamos nuestras relaciones principales las experiencias que podamos encontrar fuera de ellas nos pueden ayudar a crecer por nuestra cuenta y en conjunto como pareja.


Swingers


Los problemas que aparecen con la no monogamia en pareja también se pueden aplicar al swinging, especialmente si el sexo se convierte en algo más que casual y recreativo, o si descuidas tu relación principal en favor del swinging. Como el mundo swinger tiende a estar tan centrado en la pareja, existe la expectativa intrínseca de que tu relación principal se convierta en el centro de tu atención. Las parejas llegan al swinging con la intención de mantener su relación mientras tienen sexo con otras parejas y/o personas por diversión y placer, pero eso no significa que no puedan surgir problemas en el proceso. Si logramos encontrar más swingers que tengan intenciones y objetivos similares a los nuestros ya tendríamos mucho adelantado. 


Las personas swingers vienen de todas las clases sociales y de muchos lugares en el mundo. Aún así, la mayoría tienden a ser blancas, de clase media o alta, casadas y profesionales de mediana edad. Si te encuetras fuera del grupo demográfico swinger existen grupos para personas no blancas, fiestas para swingers en las grandes ciudades y eventos para swingers que practican sexo no convencional o swingers de menos de cuarenta años. Además, puede aparecer un conflicto en cuanto a los hombres bicuriosos o bisexuales ya que, por lo general, la bisexualidad masculina suele ser invisibilizada por el estigma que conlleva lo cual se reflejó en los primeros espacios swingers que surgieron en los Estados Unidos al estar prácticamente prohibida en todos ellos.


En la actualidad hay comunidades que apoyan la exploración y el disfrute de la atracción y el sexo entre hombres, y puedes encontrar eventos en donde no se discrimine a mujeres y hombres bisexuales. Si eres un hombre bicurioso o bisexual y la posibilidad de que esto ocurra te preocupa es recomendable que hagas una pequeña investigación para encontrar personas bi-friendly que practiquen el swinging cerca de ti. 


Polisoltería (o poliamor sin pareja principal)


  1. Triángulos


Si te encuentras en una relación con una pareja estable y te sientes como si te hubiesen puesto en medio de una dinámica tóxica, puede ser que formes parte de un triángulo amoroso/sexual. A veces, las parejas, de forma consciente o inconsciente, usan a una tercera persona como unx mediadorx entre ambos miembros de la pareja. No te conviertas en el sistema de comunicación indirecta de un dúo, en quien maneja sus conflictos constantemente o en una herramienta para provocar celos a una de las partes de la pareja. Si ves que a menudo cada unx se dirige a ti para hablarte de su pareja, o recibes información contradictoria de ambxs, considéralo una señal de que te encuentras en este tipo de situación.


También podemos sentir que nos han puesto en medio de una relación a pesar de que sólo nos hemos involucrado con una de las personas que forma parte de la pareja. Un ejemplo de esto es si te das cuenta de que pasas mucho tiempo dándole vueltas mentalmente a su otra relación. Todas las relaciones que comparten a uno de sus miembros están interconectadas así que lo que pasa en una de las relaciones puede afectar a las otras de múltiples maneras. Al ser la persona sin pareja debemos establecer límites para no permitir que nos impongan este rol. Algunas maneras de evitar que esto ocurra incluyen hablar con cada una de nuestras relaciones sobre cómo se comunica la información que desean compartir y sobre cómo nos podemos concentrar en esa relación únicamente al pasar tiempo juntxs.


  1. Estigma social


Dado que la sociedad asume que o estás en una pareja o estás en búsqueda de una, hasta cierto punto una persona soltera va en contra del sistema monógamo en el que nos vemos obligadxs a participar. Al añadirle a esto el hecho de que nuestra orientación relacional se dirige hacia el poliamor nos podemos encontrar ante varios problemas de una mayor magnitud. Aunque las sospechas sobre la orientación sexual de los solteros y la burla de las solteras no abundan tanto como lo hacían durante el siglo XX, quienes no están en una relación usualmente sufren algún tipo de discriminación tanto de forma sutil como manifiesta. Las vacaciones, ceremonias religiosas, bodas, eventos sociales, mesas de restaurantes, ofertas de dos por uno; todo está pensado para las parejas.


Abundan los estereotipos sobre las personas sin pareja: eres una persona “promiscua”, egoísta e inmadura, tienes problemas emocionales, tienes un miedo a la intimidad y el compromiso o te niegas a “sentar la cabeza de una vez”. Desde las películas a los libros de autoayuda, el mensaje queda claro: Hay algo que está mal en ti si no formas parte de una pareja. Por esta razón se le hace difícil a las personas que se ven bombardeadas con estos mensajes llevarle la contraria a la sociedad y hacer lo que les PLACE.


Muchas personas solteras se enfrentan a la inseguridad, las dudas y se juzgan a sí mismas lo cual no es algo que sea fácil de gestionar cuando el tipo de relación que desean tener no recibe apoyo alguno. A pesar de todo, recuerda que puedes sentirte orgullosx de tu decisión porque significa que sabes quién eres y lo que te hace feliz a pesar de que no coincida con lo que te exigen lxs demás.




  1. Falta del apoyo de una comunidad


Cuando hablamos del trato recibido por parte de la sociedad, al igual que las personas solteras generalmente no obtienen ciertas formas de apoyo o comprensión porque están solteras, la gente polisoltera tiende a verse representada en los textos y las conversaciones sobre el poliamor con menos frecuencia. Aunque la gente que se encuentra en relaciones abiertas cuestiona el mito de la monogamia y redefine la manera en que construimos nuestras relaciones, muchos recursos que provienen de las comunidades poliamorosas se dirigen a personas que quieren tener algún tipo de relación principal. 


La cultura de la pareja ha calado en nuestra mente de una forma tan profunda y se ha vuelto tan omnipresente que incluso quienes tienen relaciones que cuestionan la monogamia asumen que la mayoría de la gente quiere tener una relación principal. Practicar la polisoltería, sea durante una temporada o como estilo de vida, tiene sus ventajas y retos como cualquier otro tipo de relación abierta. Reconocer esto es parte de la preparación que necesitas como persona polisoltera para abrirte paso mientras destruyes no sólo los mitos sobre la monogamia sino también sobre las parejas.


Para conocer más sobre de qué consisten los diferentes tipos de relaciones abiertas, cómo funcionan, etc. puedes visitar la última asignatura concluida sobre Modelos Relacionales. ¡En la segunda parte de este artículo hablaremos sobre los conflictos que se pueden dar en la polifidelidad y en las combinaciones de personas monógamas con personas no monógamas y monógamas con personas poliamorosas!




Referencias:


  1. Taormino, Tristan (2008). Opening Up. A Guide to Creating and Sustaining Open Relationships. Editorial Melusina s.l.

Natalia Hilario De La Cruz

Escuela de Educación Sexual Explícita